EL ESTRÉS SE HA CONVERTIDO EN POCAS DÉCADAS, EN UNA DE LAS MAYORES CALAMIDADES DE NUESTRA CIVILIZACIÓN, NO SÓLO A NIVEL DEL INDIVIDUO SINO TAMBIÉN A NIVEL DE LA SOCIEDAD.
A pesar del uso trivializado del término «estrés», este último recubre una noción muy compleja y difícil de precisar, porque se sitúa en el cruce entre la biología y la psicología. Se puede definir como un conjunto de reacciones fisiológicas y psicológicas que resultan de una solicitud o de una presión del medio ambiente y que necesitan un esfuerzo de adaptación.
El hombre, desde que existe, siempre ha estado sometido al estrés porque siempre tuvo que hacer frente a situaciones susceptibles de engendrar reacciones, permitiéndole al organismo una adaptación con el fin de conservar su equilibro interior. Por lo tanto, cierto nivel de estrés es necesario e incluso estimulante para algunos tipos de personalidad.
Entonces, el problema no es la existencia del estrés, sino más bien, el de la superación de un cierto umbral a partir del cual puede volverse peligroso para nuestro equilibro físico y psíquico.
EL LOS ELEMENTOS QUE GENERAN EL ESTRÉS SON MUY NUMEROSOS: pueden venir del medio ambiente (ruido, calor, frío, virus…), del medio familiar, profesional o social.
Estos factores van a activar reacciones del sistema nervioso y hormonal, destinadas a permitirle al organismo defenderse contra la agresión que éste sufre: aumento de la tensión arterial, aceleración del ritmo cardíaco y de la respiración, aumento del nivel de azúcar en la sangre, del interés y de la tonicidad muscular.
No obstante, si estos agentes persisten o se repiten con frecuencia, las reacciones de defensa se vuelven crónicas y, la enfermedad o el trastorno psicosomático se instalan: fatiga, ansiedad, problemas cardiacos, hipertensión, problemas digestivos, tensión muscular, e incluso, alteración del equilibrio inmunitario…
Frente a un medio ambiente estresante existen dos opciones:
- La primera sería lograr controlarlo modificándolo o evitándolo, pero en la realidad, no siempre es posible, sobre todo en el medio profesional.
- La segunda sería volverse menos vulnerable al estrés, aprendiendo a dominar sus reacciones frente a los acontecimientos o situaciones que lo provocan.
Es en este segundo punto que se focaliza todo el interés de las sesiones con el Método Tomatis, aplicado a la gestión del estrés, y CUYO PROPÓSITO ES EL DE OBTENER UN CONTROL SATISFACTORIO DE LAS REACCIONES QUE EL ESTRÉS GENERA, A PESAR DE LAS AGRESIONES QUE SE REPITEN Y QUE PUEDEN ATACARNOS.
La Terapía del Método Tomatis
Va a producir un efecto duradero de regulación y de armonización en el conjunto de las tensiones corporales y en los recursos energéticos. Esta terapia va a permitir la elaboración de estrategias emocionales y cognoscitivas de control que podrán ser activadas en caso de necesidad, con el fin de vivir más serenamente toda situación potencialmente difícil.
Así, estas estrategias de adaptación, que encuentran su origen en una remodelación muy específica de la función de escucha, TIENEN POR OBJETIVO LA DISMINUCIÓN O LA ELIMINACIÓN DEL ESTRÉS, PORQUE VAN A PERMITIR QUE CADA SITUACIÓN O ACONTECIMIENTO, CONSIDERADOS HASTA AHORA COMO UNA FUENTE DE AGRESIÓN, SEAN PERCIBIDOS DE UNA FORMA DIFERENTE Y MÁS POSITIVA.
Este reajuste va a tener como consecuencia un aumento de la eficacia o de resultados durante todas las activadas cotidianas.