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DÉFICIT DE ATENCIÓN CON Y SIN HIPERACTIVIDAD

Durante los primeros años de vida…

así por ejemplo: una hospitalización o una ausencia prolongada de la madre o un clima de tensión en la familia, pueden ser resentidas como abandono o vividas traumáticamente y llevar al niño a “no querer seguir escuchando”, a cerrar sus oídos. Este bloqueo de la capacidad de escuchar se materializará en una respuesta orgánica, psicosomática, a nivel del oído y toda la comunicación se verá afectada: consigo mismo y con el mundo.

Ahora bien, desde este punto de vista, los síntomas del Déficit Atencional (falta de atención, hiperactividad e impulsividad) están estrechamente relacionados con ciertas disfunciones de la capacidad de escuchar:

  • Disarmonía o inmadurez vestibular
  • Excesiva sensibilidad de la conducción ósea, y una
    inadecuada lateralización auditiva

En los puntos siguientes, veremos como ESTOS FACTORES SE RELACIONAN CON LOS SÍNTOMAS DEL DÉFICIT ATENCIONAL Y DE QUÉ MANERA LA TERAPIA DE ESTIMULACIÓN NEUROSENSORIAL PUEDE AYUDAR A PERSONAS QUE PADECEN ESTE TRASTORNO.

1. REGULACIÓN DE LA función vestibular

De acuerdo con una de los pioneras de la integración sensorial, la Dra. Jean Ayres, TODOS NUESTROS SENTIDOS DEBEN TRABAJAR CONCERTADAMENTE. En otras palabras, el sentido del tacto, el olfato, el gusto, la vista y el oído; el movimiento físico y la conciencia corporal; todas ellas deben trabajar en perfecta armonía.

Los sentidos recogen y envían la información al cerebro donde es interpretada y organizada. Este proceso se llama integración sensorial. Cuando uno de nuestros sentidos no funciona correctamente el proceso de aprendizaje y nuestra calidad de vida se ve disminuida.

Para algunos niños la integración sensorial se desarrolla naturalmente, sin esfuerzo. Para otros, este proceso se dará de manera más desordenada causando innumerables problemas de aprendizaje, en el desarrollo y en el comportamiento.

Según la Dra. Jean Ayres estos problemas aumentan cuando el vestíbulo no funciona correctamente. En su libro “El niño y la Integración Sensorial” la Dra. Ayres escribe: “Una buena modulación de la actividad vestibular (transformación del movimiento en energía nerviosa) es muy importante para mantener la calma y el estado de alerta. El sistema vestibular también controla el nivel de estimulación de un sistema nervioso equilibrado. La hipo actividad del sistema vestibular contribuye a la hiperactividad y a la distractibilidad debido a la falta de su influencia modulatoria”.

Hay muchas maneras de estimular el vestíbulo. Los niños hiperactivos lo hacen moviéndose continuamente. Pero desafortunadamente no logran beneficiarse con esta estimulación pues el vestíbulo no es capaz de transformar ese movimiento en una auténtica estimulación para el cerebro. Esto es muy conocido por los terapeutas ocupacionales que disponen de una importante bagaje de técnicas de movimiento para estimular al vestíbulo, a menudo con buenos resultados.

2. BAJAR EL NIVEL DE SENSIBILIDAD DELA conducción ósea

Para comprender bien este objetivo es necesario saber que LOS HUESOS Y NUESTRA PIEL TAMBIÉN ESCUCHAN Y QUE SON SENSIBLES AL SONIDO. No escuchamos sólo con nuestros oídos.

Cuando escuchamos un chirrido o un resbalar de tiza en una pizarra o un golpe de puerta, nuestro cuerpo se encrespa entero. El sonido captado por nuestros huesos es transmitido directamente al odio interno, sin ningún filtro que controle la intensidad. El sonido llega al cerebro sin alerta y produce una reacción refleja. Mientras que los sonidos captados por nuestros oídos, es decir por el tímpano, son llevados a una intensidad confortable al oído interno.

Las personas con algún tipo de Déficit Atencional escuchan demasiado por conducción ósea. Escuchan primero con el cuerpo y luego con sus oídos. En consecuencia todos los sonidos van directamente al oído interno sin pasar por algún filtro protector que amortigüe la intensidad y que elimine los sonidos de fondo o indeseados. Esto explica la permanente reactividad de estas personas, ya que están expuestos e indefensos a todos los sonidos del ambiente debido a que han perdido la habilidad para focalizar un sonido   o dejar fuera un ruido de fondo.

El Método Tomatis entrena el oído

PARA QUE VUELVAN A SER LA ENTRADA PRINCIPAL DE LOS SONIDOS Y QUE LA CONDUCCIÓN ÓSEA DEVENGA LA ENTRADA SECUNDARIA. Solo así los sonidos pueden ser procesados correctamente. El entrenamiento se realiza escuchando música a través de un audífono especial equipado con un vibrador. El vibrador obliga a la persona a escuchar a través de los huesos al mismo tiempo que escuchar por los oídos.

Con el tiempo la persona se acostumbra a escuchar primero con sus oídos. De este modo, desensibilizando la conducción ósea se reduce el estrés y se devuelve la habilidad para poner atención y aprender más fácilmente.

Otra función de la conducción ósea es avisar que hay un sonido que está entrando. Por ejemplo: cuando queremos hablar a alguien y deseamos que nos ponga atención, le damos un golpecito en la espalda y le decimos “oye, escucha…” La función de la conducción ósea es la misma: le dice al oído, “oye, escucha…”

Lo ideal es que el oído obedezca instantáneamente esta instrucción. Sin embargo, en las personas con SDA esto puede tomar un tiempo más largo debido a que los oídos no están listos para procesar el sonido entrante oportunamente.

El Método Tomatis repara esta deficiencia

Cuando comenzamos el entrenamiento ENVIAMOS EL SONIDO A LOS HUESOS UN BUEN TIEMPO antes de que se lo enviemos al oído (hasta 250 milisegundos en caso de déficit atencional severo). Con el tiempo vamos reduciendo gradualmente el lapso de tiempo entre el sonido enviado a los huesos y el que enviamos al oído. Así reeducamos a usar correctamente la conducción ósea.

3. CORRECCIÓN DE PROBLEMAS DE lateralidad auditiva

PARA SORPRESA DE MUCHOS, TENEMOS UN OÍDO DOMINANTE. En algunos domina el oído derecho, en otros el izquierdo. La ventaja de tener el oído derecho dominante es que este procesa mas rápido la información que el oído izquierdo. Por esta razón la gente que tiene oído derecho dominante parecen siempre poner mejor atención.

El oído derecho procesa la información más rápido porque la envía directamente al hemisferio izquierdo del cerebro, el cual se especializa en procesar el lenguaje. En cambio el oído izquierdo envía la información al lado derecho del cerebro que no puede procesar lenguaje. La información debe ser entonces redirigida al hemisferio izquierdo vía Corpus Callosum. Debido a que hay un largo camino por recorrer, la información llega con atraso. Las personas con oído izquierdo dominante tiene que correr tras la información todo el tiempo. No solo la información es lenta sino además es incompleta.

En la trasferencia del hemisferio derecho al izquierdo ciertas frecuencias altas son perdidas. Y como vimos antes, estas frecuencias son claves para distinguir algunos sonidos similares como por ejemplo B y P. Las personas con oído izquierdo dominante no solo tiene que correr detrás de la información sino que también deben recomponer un mensaje incompleto. El programa de entrenamiento de la escucha ayuda a la gente con SDA a aprender a controlar su audición con el oído derecho. Para ello durante todo el tratamiento vamos pasando gradualmente el sonido hacia el oído derecho. También se hacen ciertos ejercicios de lectura en un micrófono acoplado a un equipo electrónico. Filtramos la voz y la devolvemos exclusivamente al oído derecho. Esto enseña a escucharse a si mismo y a desarrollar la habilidad de escuchar. Con el tiempo la persona se acostumbra a controlar su escucha y su fonación por el oído derecho, resultándole mucho más fácil poner atención.

Nuestra experiencia clínica demuestra

Que en la mayoría de los casos, los síntomas del deficit atencional gradualmente disminuyen por el solo hecho de abrir los oídos.