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MEJORA DE LA ESCUCHA MUSICAL (Voz, música y canto)

Para Tomatis, estar dotado de una buena escucha musical, significa tener una oreja que se asemeja al máximo a los criterios de funcionamiento del oído musical tal como Tomatis los definió de manera muy concisa. De hecho, para que un oído pueda ser calificado de «musical», es necesario:

• QUE LE DÉ PRIORIDAD AL ANÁLISIS DE LAS FRECUENCIAS AGUDAS SITUADAS ENTRE 2000 Y 5000 HZ, atenuando continua y progresivamente las frecuencias de menos de 2000 Hz y de más de 5000 Hz. Esta amortización debe hacerse tanto por vía área como por vía ósea.

• QUE PRESENTE UNA APERTURA MÁXIMA DE LA SELECTIVIDAD AUDITIVA. La selectividad auditiva es la capacitad de diferenciar la intensidad de los sonidos los unos relacionados con los otros, pero también el sentido de variación de la intensidad.

• UNA ESPECIALIZACIÓN AUDITIVA MUY PRECISA. La espacialización es la capacidad de localizar un sonido en el espacio, tanto por vía aérea como por vía ósea.

• AL FINAL, ES EL OÍDO DERECHO EL QUE DEBE DIRIGIR, es decir que debe a nivel temporal ser muy sutil, pero extremadamente importante con el oído izquierdo con respecto al tratamiento de la información sonora. En efecto, en sus primeros trabajos con cantantes y músicos, Tomatis demostró muy bien, la existencia de la superioridad del oído derecho para el análisis y el control instrumental de los sonidos musicales (lo que incluye además su propia voz). Esta preponderancia del oído derecho fue confirmada más tarde numerosas veces.

Dependiendo de las zonas frecuenciales de irregularidades existentes, irregularidades que se pueden evaluar gracias a una prueba de escucha, y en comparación con los criterios que definen la escucha musical evocada anteriormente, el proceso educativo tendrá en cuenta:

  • La mejoría de la exactitud y de la precisión tanto en el análisis como en la interpretación instrumental.
  • La mejoría de la apreciación de la belleza de la obra musical o de la calidad interpretativa a nivel instrumental.
  • La mejoría de la sensibilidad musical, es decir, el deseo de escuchar la música, o de tocar un instrumento.
  • El método permite abrir el oído y posibilitar así el control de voz hablada y cantada en todos sus parámetros (impostación, timbre, volumen, afinación, pronunciación, etc.)